viernes, 30 de noviembre de 2012

COMORBILIDAD ENTRE DEPRESIÓN Y OBESIDAD





La mayoría de los resultados apoyan las variables explicativas y  los factores de riesgo de la depresión asociados  con la obesidad.  La interrelación neurobiológica entre obesidad y depresión propone a la leptina como mediador de dicha relación. La leptina es una hormona peptídica secretada por los adipocitos al torrente sanguíneo e ingresa al cerebro por un mecanismo de transporte saturable, en donde se une a sus receptores a nivel del hipotálamo. El gen que codifica el recepto de leptina genera seis isoformas que difieren en la longitud de sus dominios intracelulares, pero comparten un dominio extracelular común. La forma larga de LepR y LepRb es crucial para las acciones de la leptina, y particularmente la LepRb, que se expresa altamente en áreas cerebrales que se encuentran implicadas en el control del ánimo y de las emociones. La leptina fue identificada como la hormona “antiobesidad” y se sabe que tiene funciones en el control del balance energético y en la regulación de otros procesos, como son el área cognitiva e incluso la reproducción.

Estudios en animales han mostrado que la leptina tiene efectos similares a los de los antidepresivos. En las pruebas de nado forzado y pruebas de suspensión por la cola—dos modelos que han demostrado tener un alto valor predictivo de eficacia antidepresiva-la administración sistémica de leptina produce una reducción dosis-dependiente del tiempo de inmovilidad. De igual manera, el tratamiento sistémico con leptina revierte los efectos anhedónicos que producen el estrés crónico impredecible. Estos hallazgos son similares a los observados con la administración de antidepresivos. En humanos, se ha observado que los individuos con historial de depresión a lo largo de la vida tienen niveles elevados de leptina en suero, y estos predicen el inicio de un episodio depresivo mayor en un lapso de cinco años. Por otro lado, estudios postmortem de tejido de corteza frontal de individuos que consumaron el suicidio muestran una regulación a la baja de los receptores de leptina.

El eje hipotálamo-adrenocortical (HHA) no debe excluirse al hablar de depresión, ya que se ha observado que se encuentra hiperactivado tanto en la depresión como en la ansiedad con un incremento concomitante en los niveles de cortisol. Estas alteraciones parecen resolverse con un tratamiento bien indicado mediante fármacos antidepresivos. La activación incrementada del eje HHA también se ha relacionado con obesidad, particularmente con obesidad central. La distribución  de la grasa abdominal parece ser el medidor clave entre la obesidad y la depresión. Esto apoya la idea de que existen alteraciones metabólicas que involucran al eje HHA que podrían subyacer a ambas entidades: la depresión y la obesidad. Sin embargo, la relación entre obesidad, la función del eje HHA y la secreción de cortisol es compleja; el aumento en la secreción de cortisol se ha visto asociado con obesidad abdominal solamente en hombres con una función basal normal del eje HHA y con una sensibilidad incrementada al estrés, mientras que en un grupo pequeño de hombres con obesidad abdominal la secreción de cortisol es baja. Lo anterior podría explicar algunos resultados discordantes en los estudios relacionados con obesidad con secreción de cortisol. Se cuenta con diversas observaciones que indican que existen diferentes factores involucrados en la obesidad, particularmente en la obesidad central, como son el eje HHA, el eje gonadal, la hormona del crecimiento, las vías de leptina, el sistema nervioso simpático y los sistemas monoaminérgico, serotoninérgicos, dopaminérgicos y adrenérgicos.

Finalmente, la relación existente entre obesidad y depresión podría estar mediada por el tipo de sintomatología depresiva que experimenta el paciente. Un estudio llevado a cabo por Cizza G y colaboradores, en un grupo de mujeres premenopausicas deprimidas y un grupo control, demostró que las mujeres con sintomatología depresiva indiferenciada tenía más grasa abdominal y generalizada, así como un índice cintura/cadera mayor que las del grupo de control. Además, este grupo de mujeres tenía niveles más elevados de colesterol total, lipoproteínas de baja densidad (LDL), triglicéridos y glucosa. Por su parte, las mujeres con sintomatología depresiva atípica mostraron tener más grasa abdominal generalizada y mayor índice cintura/cadera que el grupo control, pero sin diferencias en el perfil lipídico y de glucemia. Por último, las mujeres con sintomatología depresiva melancólica no mostraron diferencias en cuanto a medidas antropométricas y perfil de estudios de laboratorio en relación al grupo control.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Psicoterapia Breve




 A través de la psicoterapia breve lo que se pretende es:

  • Definir problemas, abordar sentimientos, tomar decisiones o aprender soluciones a problemas nuevos o conductas de enfrentamientos;
  • Identificar y por lo menos resolver parcialmente conflictos subyacentes representados y reactivados por la crisis.
  • Organizar y movilizar recursos individuales externos e internos, hacia la solución de la crisis y
  • Reducir los efectos desagradables o incómodos relacionados con la crisis.



Es decir lograr una relación adaptativa caracterizada por la adquisición de nuevas conductas de enfrentamiento que reduzcan la vulnerabilidad  y lleven a un mayor desarrollo.


Existen cinco componentes considerados como los primeros auxilios emocionales:

Realización del contacto psicológico: Se define este primer contacto como empatía o “sintonización” con los sentimientos de una persona durante una crisis.

La tarea primaria es escuchar cómo la persona en crisis visualiza la situación y se comunica cualquiera que sea el entendimiento que surja.  A si mismo, se debe invitar a la persona a hablar, escuchar lo mismo de lo que paso y la reacción de la persona ante el acontecimiento establecer lineamientos reflexivos, y así cuando los sentimientos están presentes de manera obvia. Existen varios objetivos para la realización del primer contacto psicológico, el primero es que la persona sienta que la escuchan, aceptan, entienden y apoyan, lo que a su vez conduce a una disminución en la intensidad de la ansiedad; el contacto psicológico sirve para reducir el dolor de estar solo durante una crisis, pero en realidad se dirige a algo más que esto.

Analizar las dimensiones del problema: La indignación se enfoca en tres áreas: pasado inmediato presente y futuro inmediato. El pasado inmediato remite a los acontecimientos que  condujeron al estado de crisis. La indagación acerca de la situación presente implica las preguntas de “quién, qué, dónde, cuándo, cómo”; se requiere saber quién está implicado, qué pasó, cuándo, etc. El futuro inmediato se enfoca hacia cuáles son las eventuales dificultades para la persona y su familia; por ejemplo: las  necesidades que puede tener un adolescente para pasar la noche o la semana, después de haberse fugado de la casa.


Sondear las posibles soluciones. Se refiere a identificación de un rango de soluciones alternativas tanto para las necesidades inmediatas como para las que pueden dejarse para después, identificadas de manera previa. Esto es llevar a la persona en crisis a generar alternativas, seguido de otras posibilidades. Una segunda cuestión es la importancia de analizar los obstáculos para la ejecución de un plan  en particular.


Asistir en la ejecución de pasos concretos: Involucra ayuda a la persona a ejecutar alguna acción concreta, el objetivo es en realidad muy limitado: no es más que dar el mejor paso próximo, dada la situación. El interventor tomará una actitud facilitadora o directiva en la ayuda al paciente para tratar con la crisis.


Seguimientos para verificar el progreso. Implica el extraer información y establecer un procedimiento que permite el seguimiento para verificar el progreso. El seguimiento puede suceder mediante un encuentro cara a cara o por teléfono. El objetivo es ante todo completar el circuito de retroalimentación, o determinar si se lograron o no las metas de los primero auxilios psicológicos: el suministro de apoyo, reducción de la mortalidad y cumplimiento del enlace con fuentes de apoyo.


¿Cuáles podrían ser los principios de una intervención en crisis?


Oportunidad: La terapia breve de urgencia con tiempo limitado, es el tratamiento que se elige en situaciones de crisis; el proceso de ayuda para que las personas puedan recuperar el equilibrio después del incidente pude tomar en promedio de 1 a 6 semanas, pudieron alcanzar como máximo 10 semanas. Puesto que la experiencia de crisis es un periodo de alto riesgo para la persona como para su familia, se requiere que la ayuda esté disponible de modo inmediato y en una ubicación de fácil acceso. El énfasis en la oportunidad se calcula para reducir el peligro y, al mismo tiempo, para capitalizar la motivación del paciente para hallar un nuevo planteamiento para enfrentarse con las circunstancias de la vida.


Metas: Ayudar a la persona a recuperar un nivel de funcionamiento equilibrado que tenía antes del incidente que precipitó la crisis o potencialmente creativo que le permita superar el momento crítico.


Valoración: Es importante que la valoración abarque tanto la fortaleza como la debilidad de cada una de los sistemas implicados en la crisis. La información acerca de qué está vulnerable en al vida de una persona se complementa con la información acerca de qué es aún funcional. Las fuerzas y recursos sociales pueden y deben utilizarse para ayudar a una persona a arreglárselas con la crisis. (se hace imprescindible tener en cuenta el Perfil CASIC: Conductual, Afectivo, Somático, Interpersonal y Cognitivo).


Se puede decir que se logra la resolución de la crisis cuando se alcanza logra una restauración del equilibrio, un dominio cognoscitivo de la situación y desarrollo de nuevas estrategias de enfrentamiento, cambios de conducta y el uso apropiado de los recursos externos.


Agradeceré sus comentarios cidro.talleres@gmail.com